Un Legado Familiar

La historia de nuestra joyería comienza en 1906, cuando mi bisabuelo, Pedro Cieza Conde, abrió en la Calle Mayor de Palencia la Óptica y Relojería Cieza. Un apasionado de la tecnología y la mecánica de precisión, transmitió ese interés a su hijo, Pedro Cieza Mancho, mi abuelo, quien desmontó sus primeras piezas mientras crecía entre los mostradores del negocio familiar.

A mediados de los años 40 se traslada a Santander y en 1946, frente a la Catedral, en la calle de Atarazanas (hoy Calvo Sotelo), funda la Joyería Cieza. Con una idea que iba más allá de vender relojes y joyas. Pedro entendía que cada pieza representaba algo más que lujo: era testigo de historias, emociones y momentos irrepetibles.

En 1976 Pedro fallece y al frente del negocio se ponen dos de sus hijos; Jose Antonio y Nacho Cieza del Nozal, mi tío y mi padre. La juventud trae ideas nuevas, y en 1985 abren en el primer centro comercial de Cantabria la Joyería Nozal, en homenaje a quien siempre había estado dando todo su apoyo, mi abuela Felisa “Titi” del Nozal.

Son años de flúor y combinaciones coloridas, de innovar y arriesgar, de acercar la joyería al gran público y eso se plasma en la apertura en 1990 de la Joyería Norays en la Alameda de Oviedo, con un perfil más joven apostando por un estilo más desenfadado y poco más tarde en 1999 en otra Joyería Nozal en el segundo centro comercial de Santander.

Alma y Tradición

La Joyería Cieza ya lleva más de medio siglo acompañando a las familias cántabras en sus momentos más emotivos e importantes y lo seguirá haciendo hasta 2006, cuando con el fallecimiento de Felisa cierra el icónico comercio original. En ese momento mi padre se hace cargo de la joyería en Valle Real y yo me uno a él en 2009, aprendiendo y descubriendo en cada pieza y cada cliente un vínculo profundo con nuestro legado.

En 2016 decidí poder ofrecer una atención más cercana y personal que la que brindaba un centro comercial. Volví al centro de Santander, y abrí las puertas de Nacho Cieza. Esta vez frente al Ayuntamiento y a escasos metros de donde, 70 años antes, mi abuelo había desembarcado con una idea muy clara que desde el principio guió a la Joyería Cieza: cada joya debe ser elegida con amor y reflejar la esencia de quien la llevará y, algún día, legará. Cuatro generaciones después, ese mismo ideal sigue marcando nuestro camino.

Atención al Cliente: Cercanía y Compromiso

En Nacho Cieza, brindar la mejor atención al cliente es nuestro compromiso. Desde el primer día, nos propusimos sacudir la capa de polvo y dejar atrás las maneras altivas que tradicionalmente se encuentran en nuestro gremio. Sabemos que una joyería no es solo un lugar donde se compra, sino un espacio donde se celebran momentos únicos, se guardan recuerdos y se construyen historias.

Por eso, cada persona que decide confiar en nosotros y visita nuestra tienda es recibida con cercanía, calidez y un trato personalizado. No importa el motivo de su visita ni el tamaño de su elección; lo que realmente nos importa es acompañarle en cada paso, con el mismo entusiasmo y dedicación que pondríamos si fuera para nosotros mismos.

A lo largo de los años, esta manera de entender nuestro trabajo nos ha permitido construir relaciones genuinas, basadas en la confianza y el respeto mutuo. Sois muchos los que en muchas ocasiones sólo venís charlar y saludarnos, a decirnos cuanto gustó y lo bien que acertasteis. Y sólo por eso ya merece la pena seguir caminando a vuestro lado.